viernes, julio 08, 2011

allá, en Maracaibo

estando en córdoba en el bicentenario de mi nación venezolana, extraño los cantos de los militares que viven cerca de la casa de mis padres,
en mi natal,
entrañable,
lógica e ilógica,
aburrida,
acalorada,
sudada,
vacía,
hermosa,
profunda,
inmensa,
mi entrañable Maracaibo.

hoy escucho un tumulto de voces, un cántico alebrestado, un trote casi indetenible, pensé, mis compañeros ya estamos despiertos, y pausé mi lectura y escritura para oir qué canto llevaban los soldados en estos primeros momentos de la ida de la noche y la entrada del día, y descubrí una jauría de perros cordobeses que desfilan sus cantos, sus rabias, sus juegos.

y por primera vez supe,

hoy extraño los cánticos de libertad y fuerza
hoy extraño los cánticos de las mujeres y hombres de tempranas horas y disciplinadas vidas
hoy extraño los cánticos del bienestar del ejercicio de la mujer y el hombre nuevo
hoy extraño los cánticos del bicentenario

hoy por primera vez en mi vida, después de un hervor de años y de entendimiento, de un sancochar y abultar el caldo con divinos manjares del creer y el sentir, hoy mi caldo tiene un sabor a patria, por primera vez siento en cuerpo alma y corazón, como una que soy, qué significó para Bolívar allá en 1810 y 1811 la libertad, y que en el 2011, habiéndome transitado por mi país con una pasión que no tenía forma, y sigue sin tenerla porque siempre será eterna, hoy en el 2011 respiro la labor del pensar y actuar por la patria, por la libertad, por el ser humano, por mis hermanos de suelo, todo suelo que sea posible para la vida digna, es suelo compartido no sólo con mis pies sino con mi alma.

lo siento, querido Chávez, he aprendido a entenderte, incluso puedo decir que me encuentro sorprendida de la forma en la que mi corazón aprendió a admirarte, a saberte, aún enloquece mi corazón al escucharte, impávida dejo que todo fluya por ti, por lo que has despertado en mi pueblo, en mi, pero aún así, la milicia no es para mi, no la entiendo.

y aún así,

hoy extraño el cántico de las mujeres y los hombres de la lucha patria que viven cerca de la casa de mis padres, allá en Maracaibo.
allá, en Maracaibo.

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